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Martinica 2009 | ||
Esta mañana pensábamos hacer una caminata por la Reserva Natural de la Caravelle, en la punta de la península, pero un aguacero nos ha hecho cambiar de planes y ponemos rumbo a Le Limbé, cerca de Sainte-Marie, donde se encuentra una explotación bananera reconvertida en Museo de la Banana. Echad un vistazo a las copas de las palmeras reales del aparcamiento, casi todas tienen nidos con una pareja de polluelos. ![]() Calma después de la tormenta. Vista desde la terraza del hotel La Caravelle. A ver qué dicen los murales: El banano o plátano, la mayor hierba tropical del mundo, es originario de Indonesia o Malasia. En estado salvaje, el fruto tan solo medía 6 ú 8 cm. de longitud y estaba llena de semillas negras. La versión actual, con más pulpa y sin pepitas, es fruto de la investigación humana. Del sur de Asía se extendió a India y al Pacífico. Llegó a África hace 1700 años. En 1516, el clérigo soriano Tomás de Berlanga se encargó de darlo a conocer en el Caribe. El origen de la palabra banana no se sabe con seguridad, pero se cree que puede venir del árabe
En Europa solo la consumimos como postre pero en otros lugares hay un mundo de productos en torno a la banana: confitura, como dulces, licor, vinagre, ketchup, sirope y hasta cerveza de banana, como en Kenia y Tanzania, donde son muy populares las cervezas Mongozo y Raha. De la hierba se saca cuerdas para atar el ganado, sombreros, vestidos, tapices...hasta el IKEA vende cestos confeccionados con el tallo del plátano. Un paseo por el jardín nos permite admirar las diferentes tipos. Entre las variedades de postre: Petite Naine (Pequeña enana), Grande Naine, Pisang Jari Buaya de Indonesia, Cavendish. Y para cocinar: Popoulou de Asia, Monthan de la India, M'bouroukou, Pisang Lilin, Fehis, Pisang Jari Buaya, etc. ¿Sabes dónde se halla la mayor colección de bananas del mundo? Pues en Bélgica, en la Universidad Católica de Lovaina, donde guardan 1175 especies in vitro. Aprovechando que la destilería Saint-James está de camino, visitamos la tienda y comemos también el su resto un menú sin fundamento. No nos entendemos con la camarera, que solo habla criollo y no hace ningún esfuerzo por hablar francés. ¿No lo sabe? Es posible. En la destilería vemos dentro de una vitrina una serpiente trigonocéfala disecada, muy peligrosa, de mordedura mortal. Vive en áreas boscosas y húmedas y en las plantaciones de caña. Como producía muchas bajas entre los esclavos en los campos de caña, los colonos franceses introdujeron la mangosta, pero la estrategia salió mal: no tuvieron en cuenta que la trigo es nocturna y la mangosta diurna. El resultado fue que la mangosta se decantó por los huevos de aves y ahora, hasta los papagayos han desaparecido. De regreso, pasamos por Sainte-Marie, donde nos acercamos a la playa para ver el Tómbolo, un camino de arena entre la playa y la isleta de enfrente. La arena, empujada por los vientos alisios, se acumula siempre al final del invierno entre la playa y la isleta formando un tómbolo, un verdadero cordón umbilical que durante cuatro meses une la isleta a la playa. Ahora el camino está cubierto por el agua pero la profundidad es tan escasa que un pescador regresa de la isleta con los pantalones remangados en las corvas, parece que caminara sobre las aguas. Le Tombolo también es el nombre una revista bimestral con información sobre Sainte-Marie. |