Parlamento de Budapest
El Parlamento húngaro se construyó entre 1885 y 1904 y fue diseñado por el arquitecto Imre Steindl,
el pobre se quedó ciego y murió seis semanas antes de la inauguración.
En aquellos tiempos la monarquía austrohúngara era muy poderosa y la obra fue la de mayor volumen de su época a nivel mundial. Ahora hay dos parlamentos
aún más colosales: el de Rumania, inaugurado en 1997, que es el más grande del mundo, y el de Argentina, que terminó las obras en 1946.
 Parlamento de Budapest
Bueno, ya hemos llegado a la Escalera Dorada, que recibe su nombre por la abundante ornamentación de pan de oro, sobre todo, en el techo.
En esta decoración se aplicaron cuarenta quilos de oro de veintitrés quilates,
pero les diré que hay una gran trampa porque solamente se usó oro a partir de tres metros hacia arriba,
lo que no podemos alcanzar; de tres metros hacia abajo es solo pura pintura dorada no más.
La pared es una imitación de mármol, pero las columnas sí que son de mármol de verdad.
Bueno, ahora continuamos por este pasillo larguísimo, que no está tapizado sino que está pintado a mano, todo él.
Y según nos vamos acercando a la cúpula vamos a ver que la decoración del techo cambia: es mucho más rica,
más adornada y las bóvedas se caracterizan por elementos grotescos. Me entienden bien, ¿sí? Bueno.
Ustedes pueden sacar fotos tranquilamente o hacer selfis mientras yo sigo hablado.
Ahora miren hacia el techo, son blasones de antiguos territorios que pertenecieron al Reino de Hungría, porque lamentablemente, como Hungría fue derrotada en la primera guerra mundial,
por el Tratado de Trianón de 1920, los aliados nos impusieron la pérdida de más de la mitad de nuestro territorio con su correspondiente población.
La corona del rey Esteban
Ahora vamos debajo de la cúpula central; aquí ya no se pueden hacer fotos porque vamos a ver lo más importante:
la Sagrada Corona de nuestro primer rey, san Esteban I (997-1038), el fundador de Hungría.
Todos los reyes después de san Esteban han sido coronados con ella, la mayoría aquí, en la iglesia
de Matías, en Buda; cuando la visiten verán una réplica de la corona en el primer piso.
La última coronación fue la de Carlos IV en 1916.
Esta corona es el símbolo de la unión del pueblo húngaro. Pesa dos quilos. Como ven, la cruz está torcida;
hay muchas leyendas y teorías pero en realidad nadie sabe lo que pasó, posiblemente sufrió un pequeño golpe durante el siglo XVII.
Esta corona ha pasado todo tipo de peripecias; en 1945 los soldados americanos se la llevaron
y finalmente fue devuelta por la administración Carter en 1978.
El Parlamento durante la segunda guerra mundial
Durante la segunda guerra mundial el sótano del Parlamento funcionó como escondite para los que trabajaban aquí, dentro del edificio,
y también para los que vivían en los alrededores de la plaza Lajos Kossuth; el restaurante del sótano funcionó como hospital militar.
Después de la guerra se dedicó una alta suma a su restauración porque fue alcanzado por veinte bombas y trescientas granadas.
Ceniceros
Aquí, junto a las ventanas del pasillo pueden ver unos ceniceros, verán muchos más porque la verdad es que el Parlamento
está lleno de ellos; ahora solo sirven de ornato pero antes estaba muy en boga fumar puros entre los nobles y los políticos,
cierto que no podían fumar dentro de la sala de sesiones, únicamente aquí, en el pasillo, que era el lugar para cotillear y fumar.
Habrán observado que los ceniceros contienen una numeración, eso era porque cuando la sesión empezaba los políticos abandonaban aquí sus puros
y los números les ayudaban a recordar dónde lo habían dejado.
Si el discurso era importante podía durar dos o tres horas, decían entonces que el discurso bien valía un habano, que era el tiempo que tardaba en consumirse un buen puro cubano.
Sistema de calefacción y aire acondicionado
El edificio tiene diecinueve ascensores, veintisiete escaleras, veintinueve entradas, diez patios interiores y casi tres mil ventanas.
pero ninguna chimenea. El arquitecto no quería que el humo de las chimeneas ensuciara su querido edificio ni tampoco las esculturas, mayormente de
reyes húngaros, que alberga la fachada, y se le ocurrió instalar las calderas de calefacción en un edificio del otro lado de la plaza Kossuth,
ciento cincuenta metros al norte del Parlamento, y conducir el vapor de calefacción hasta los radiadores de hierro fundido y los conductos de aire del Parlamento por
un sistema de tuberías que atraviesa la plaza por el subsuelo. No me digan que este arquitecto no era un genio.
Para disminuir la temperatura durante el verano se instalaron dos piscinas de superficie en el centro de la plaza, el agua que desbordaba la piscina provocaba una cortina de agua
que enfriaba una corriente de aire que era conducida mediante túneles subterráneos hasta el Parlamento.
Cuando la plaza se modificó se eliminaron las piscinas, y en su lugar se instalaron grandes pozos de entrada de aire en las proximidades de las paredes.
Los pozos estaban cubiertos por rejas decorativas de hierro fundido.
Las conexiones del túnel no utilizadas se volvieron a abrir y se hicieron accesibles para los visitantes recientemente.
Sala del Congreso
La Cámara Alta y la Baja son casi iguales.
Entre los púlpitos se ve el blasón de Hungría, ahí tienen un retrato de María Teresa; ella fue la primera reina de la monarquía austrohúngara.
En la primera fila pueden ver unas mesas cubiertas de terciopelo rojo, esas son para los ministros solamente, las de verde son para los diputados. Usan cuatro
botones de diferentes colores, para el "sí", "no", "abstención" y "pedir la palabra".
En el Parlamento trabajan ciento noventa y nueve diputados de la Asamblea Nacional y de otros seiscientos ayudantes.
Las taquígrafas son mujeres, hay solamente un señor entre ellas, y trabajan según el método tradicional, o sea, escriben solamente con lápiz.
También está aquí la oficina del Primer Ministro.
El edificio está decorado con ochenta y ocho esculturas en el interior y ciento sesenta y dos en el exterior, completadas con un gran número de gárgolas y ornamentos.
Ha estado en uso constante desde 1902, aún permanece en un estado ejemplar, tanto desde el punto de vista estético como técnico.
Para mantener en óptimas condiciones de limpieza y funcionamiento todas las instalaciones se emplean más de ciento cincuenta personas entre electricistas,
cerrajeros, hojalateros, albañiles, decoradores, techadores, tapiceros, carpinteros y limpiadores.
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