20 de julio, sábado
Una de las principales productos turísticos de Innsbruck es el museo Ambras, situado en las afueras.
El autobús de la línea 4134 te deja en la parada Schloss Ambras y después hay que andar 1,3 Km. hasta la entrada al castillo.
No hay restaurantes en las proximidades.
Como hace un día espléndido, de cielo azul, nosotros vamos andando, que es la mejor manera de conocer una ciudad, total, desde nuestro hotel
hasta el castillo no llega a los cinco kilómetros.
Nos encontramos con patos en cauces de agua cristalina, casoplones cuidados en cada uno de sus detalles y un perro
que se mete enterito en un pilón de una fuente para refrescarse.
Subimos las suaves y sombreadas pendientes del parque del Castillo y para las once y media ya estamos allí.
El castillo Ambras de Innsbruck
Este castillo se levantó sobre las ruinas de otro castillo, el de los condes de Andechs, destruido por completo
en 1133. El castillo actual fue construido en el siglo XVI por el archiduque Fernando II de Habsburgo, soberano del Tirol, quien se lo regaló a su esposa plebeya Filipina Welser.
Aquí se mudaron en 1563 y vivieron treinta y dos años en él.
 Castillo Ambras en Innsbruck
El emperador Maximiliano I (1459-1519) encontró en el coleccionismo de obras de arte la manera de que su memoria y legado perdurara en el tiempo.
Su biznieto, el archiduque Fernando II (1529-1595) mantuvo esta tradición fundando la colección Ambras, con armaduras, retratos,
"maravillas de la naturaleza", armas, instrumentos científicos, musicales y tesoros.
Se le considera el museo más antiguo del mundo y el único
que todavía permanece en su localización original. El edificio inferior que vemos en la foto fue construido como ampliación del museo.
Veamos un resumen de lo que podemos encontrar en este museo:
En la sala de las Armaduras de los Héroes se exhiben unas ciento veinte armaduras originales que usaron personalidades
del tiempo de Fernando II y de siglos anteriores, principalmente de militares de muy alto rango.
Una de las armaduras perteneció al propio Fernando II y la usó en la campaña contra los otomanos.
También se muestra la armadura de un tal Bartelmä Bon, un "gigante" de 2,6 m de altura, originario de Riva del Garda, cerca de Trento. Este hombretón
estuvo al servicio de Fernando II y se sabe que acompañó a sus nietos al torneo imperial en Viena.
La armadura del gigante se muestra junto a otras de niños, para resaltar su altura.
En la medida de lo posible, han procurado mantener la misma disposición original de las exhibiciones que en tiempos de Fernando II.
 Armaduras del palacio Ambras
El archiduque Maximiliano sabía que las ventajas técnicas ganaban guerras e inventó un escudo con resortes y palancas que cuando era golpeado por la lanza del oponente salía
catapultado. No sabemos de su efectividad.
El Salón Español es una de las salas más bonitas.
Fue construido según las ideas del archiduque Fernando II.
La fachada exterior del Salón de España se asemeja al palacio del emperador Carlos V en Granada.
Dentro de la sala están pintados veintisiete retratos de cuerpo entero de gobernantes tiroleses.
La fila de retratos comienza en la esquina este de la habitación con Alberto I, Conde de Tirol, continúa con los Condes de Gorizia-Tyrol,
Margarete Maultasch y los Habsburgo, y termina con el archiduque Fernando II.
La colección Strasser de vidrios se encuentra entre las más importantes del mundo, los objetos fueron recogidos por
el profesor Rudolf Strasser von Györvár (1919-2014) durante más de cincuenta años mientras residía en Estados Unidos.
Consta de más de trescientos objetos de vidrio preciosos, desde el Renacimiento hasta la época neoclásica, pertenecientes a las regiones europeas más importantes
en la fabricación de vidrios: Venecia, Hall, Innsbruck, Alemania, Bohemia, Silesia y los Países Bajos.
Tras el regreso de Nueva York a Austria, en 2004, su colección pasó a manos del Kunsthistorisches Museum, que asignó
setenta objetos al Kunstkammer de Viena y el resto de la colección se destinó a estas salas del Ambras.
La llamada Sala Turca contiene trofeos y objetos recogidos en los campos de batalla en la guerra contra los otomanos: armaduras, sillas de montar, flechas y aljabas, sables, escudos y cascos.
Fue una mezcla de admiración y miedo lo que llevó a Fernando II y a la realeza europea a coleccionar objetos orientales.
El propio archiduque Fernando II participó en una campaña contra los turcos en Hungría, liberando la fortaleza de Sziget
de los sitiadores.
La Galería de Retratos de los Habsburgo está situada justo en las habitaciones donde vivía el archiduque Fernando II.
Aquí vemos retratos de los Habsburgo como Maximiliano I, Carlos V, María Teresa, el rey Felipe II de España, y también el sultán Solimán el Magnífico.
Ya en el siglo XVI, la colección de objetos que se muestra en la Cámara de Arte y las Maravillas
estaba considerada como una de las más importantes de su tiempo.
Contiene objetos únicos, raros y exóticos de extraordinaria belleza y calidad excepcional
que reflejan el nivel de conocimiento de aquella época: objetos de cristal, marfil, filigranas de plata y oro, esculturas de bronce, vidrio precioso,
madera, monedas, armas, obras de artesanía excepcionales e instrumentos científicos.
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Salimos poco antes de las cinco del museo y mientras caminamos hacia la parada del autobús, ojeamos los pavos reales albinos que
viven a sus anchas en el parque del Castillo. Como no encontramos ningún restaurante por los alrededores volvemos al centro de Innsbruck en el 4134.
Desde el autobús se ve el Bergisel Ski Jump, uno de los escenarios donde se celebra la copa del mundo de salto con esquí;
los austriacos ya llevan trece copas del mundo.
Después de comer algo nos acercamos de nuevo hasta el patio del Palacio Imperial y nos encontramos otra vez con la preparación de un concierto.
Esta vez, a pesar de estar muy bien situados, tenemos que abandonar nuestros asientos por la lluvia y seguirlo desde los laterales, a cubierto.
La mayoría de la gente ha sido previsora
y han venido con impermeable y paraguas.
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